En Venezuela se encuentra un hermoso pueblo alemán, llamado La Colonia Tovar, también conocida como "la Alemania del Caribe", es un lugar turístico debido a sus casas blancas con maderas y techos rojos rodeados de jardines de flores, campos cuidadosamente cuidados y arroyos con molinos de agua, y su abundante cocina alemana, la cual incluye salchichas y las rebanadas grandes de torta del bosque negro y una deliciosa cerveza fría.
Es difícil imaginar que este lugar exista realmente en un país sudamericano con un clima predominantemente tropical, como Venezuela. Se encuentra ubicado al norte del estado de Aragua, a unos 1.800 metros de altura en los bosques de la cordillera de la costa.
Un poco de historia
Fundado en 1843 por un grupo de 300 inmigrantes del Schwarzwald (la selva negra) del Gran Ducado de Baden, en la ribera oriental del río Rin, la ciudad sigue manteniendo la impronta cultural original de esta comunidad centenaria.
Curiosamente, la Colonia Tovar en Venezuela fue relativamente desconocida durante los primeros 100 años de su existencia. Los fundadores tenían la intención de mantener la autenticidad de su cultura y tradición durante el mayor tiempo posible.
Así que construyeron casas que conservaban la arquitectura distintiva y mantuvieron sus hábitos alimentación y vestimenta.
El entorno ambiental de la ciudad ayudó en su aislamiento – sólo estaba conectado a Caracas por el río. Ignorados por los vecinos, la ciudad se hizo más y más autosuficiente, con residentes que se gobiernan como si nunca hubieran salido de Alemania.
Su principal fuente de sustento provenía de la venta de productos, café y otros bienes a las ciudades vecinas. Construyeron sus propias iglesias y escuelas.
Las cosas cambiaron durante la segunda guerra mundial, cuando la guerra fue declarada contra Alemania.
Los funcionarios del gobierno de Venezuela empezaron a ver a la pequeña comunidad con suspicacia y empezaron a vigilarla de cerca. Se mejoraron las carreteras para que los funcionarios pudieran viajar desde y hacia la Colonia Tovar con facilidad y se estableciera el español como lengua oficial, mientras que el alemán estaba prohibido.
El aislamiento eventualmente terminó en la década de 1960, con una carretera pavimentada adecuada que conecta la Colonia con Caracas y otros estados del país.
Los habitantes de la Colonia empezaron a integrarse en la cultura venezolana, al mismo tiempo que conseguían preservar los suyos. Hablaban castellano con facilidad, pero también conservaban su conocimiento de alsaciano, un dialecto alemán.
El centro académico de violín se dedica a preservar la música local, capacitando a los estudiantes en el arte de la fabricación, mantenimiento y reparación de instrumentos sinfónicos.
La integración, combinada con la preservación cultural, ha llevado a un importante desarrollo económico en la Colonia Tovar en Venezuela. Con una población de más de 15.000 habitantes, ahora se considera una de las ciudades más ricas del país en términos de economía, así como de calidad de vida.
Datos interesantes
La Colonia Tovar se encuentra a 40 millas al oeste de Caracas, la capital de Venezuela. Gracias al clima brumoso y montañoso, es frecuentado por turistas que buscan un viaje de un día o un fin de semana lejos de la ajetreada vida de la ciudad.
Uno de los hitos más notables de la pequeña aldea es la iglesia de San Martín, construida en 1863. Es una copia exacta de la iglesia de Endingen en Alemania, y conocida por su inusual estructura en forma de L, un plan de piso que fue diseñado para mantener a los hombres y las mujeres segregados durante el servicio.
La iglesia es también el hogar de un museo con documentos y artefactos que se remontan a los primeros días de la Colonia.
El pueblo también es muy conocido por su gastronomía, consistente en platos elaborados exclusivamente con fresas, moras y albaricoques cultivados localmente. Los restaurantes locales sirven postres famosos como strudels, Gugelhupf, pasteles y churros.
La cervecería local, la cervecería Tovar, ofrece cerveza elaborada según la ley de pureza alemana, conservando aún el sabor de la patria.
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